La Poveda en sus orígenes. (Foto: Archivo Municipal de Arganda).
La Poveda es uno de los barrios más relevantes de Arganda del Rey en cuanto a extensión y población; un enclave que cuenta con identidad propia, ubicado en un entorno estratégico, en el que conviven más de 5.000 vecinas y vecinos que participan activamente en el día a día de este singular núcleo poblacional.
El barrio de La Poveda cumple 120 años. Ahí es nada. Durante todo este tiempo, esta zona ubicada en la periferia de Arganda del Rey e incluida dentro de su término municipal ha experimentado un crecimiento vertiginoso. Antes de convertirse en urbe, fue un atractivo lugar poblado de chopos o álamos, de ahí que la zona fuera conocida como Poveda (alameda).
Aunque no se conoce una cifra exacta, en la actualidad hay censados aproximadamente 5.500 vecinos. La caseta del guarda de la Azucarera, la Casa de Niños y las vías del ferrocarril del Tajuña son algunos de los vestigios que aun hoy continúan presentes en el barrio y que forman parte de su identidad.
Con motivo de este aniversario, queremos hacer un repaso por la evolución y los principales hitos históricos que ha protagonizado este núcleo de habitantes, enclavado en un cruce de caminos, frente a los ríos Jarama y Henares.
La fábrica de la Azucarera
La historia de La Poveda está intrínsecamente relacionada con la historia de la fábrica de la Azucarera. Para conocerla, debemos remontamos al 13 de enero del año 1900, cuando se puso la primera piedra de este complejo. La instalación de la Azucarera tuvo una transcendencia vital, ya que se convirtió en el principal referente económico de toda la vega de los ríos Jarama y Tajuña.
Aunque el padrón de población municipal de 1885 censaba tres vecinos residentes en la Casa del Guarda, fue alrededor de la Azucarera donde nació un núcleo de población formado por trabajadores de esta empresa, cuyas viviendas constituirían el germen de La Poveda como la conocemos hoy en día.
La Azucarera se erigió como una gran sociedad que ocupaba el sexto lugar de las que existían en toda España. Es interesante destacar que las instalaciones recibieron la visita del Rey Alfonso XIII y el Ministro de Agricultura, el Conde Romanones. La compañía continuó desarrollándose gracias a la construcción del ferrocarril de la Azucarera, que disponía de tres trazados. El primero, de vía estrecha, cuyo destino era Ciempozuelos; el segundo, de vía ancha, unía La Poveda y Torrejón de Ardoz; y el tercero llegaba hasta Madrid.
El Ferrocarril de la Azucarera. (Foto: Archivo Municipal de Arganda).
Un núcleo de población en continuo crecimiento
De este modo, el crecimiento demográfico de La Poveda se hizo cada vez más notable, gracias a los trabajadores de la fábrica y sus familias, que empezaban a convertirse en los vecinos y vecinas de este barrio periférico. A pesar de los altibajos económicos del complejo fabril, la Poveda continuó su desarrollo como núcleo de población. En 1933 se presentó un proyecto para realizar un complejo residencial en La Poveda, a orillas del Jarama, con albergues de fin de semana, piscinas, baños y club de remo.
Un año más tarde, el Ayuntamiento de Arganda concedió a la Azucarera licencia de obra para construir tres grupos de viviendas destinadas a los empleados. El impulso de La Poveda se hace más notorio con los tres comercios censados hacia el año 1935: las tiendas de José Galtero y Francisco Río, y la carnicería de Fidel Neila. Según un estudio realizado por el Archivo Municipal de Arganda, en 1950 La Poveda contaba con 446 vecinos.
Un barrio cohesionado
Con la Azucarera también llegó el primer movimiento sindical de la localidad. Los obreros comenzaron a afiliarse a diversas organizaciones y entes políticos, generando una nueva conciencia social que años después cristalizaría en la II República.
A partir de entonces, el asociacionismo ha estado ligado de una manera especial al barrio argandeño. La primera Junta Municipal de La Poveda se creó en 1979, haciendo explícita la voluntad de los vecinos de participar activamente como sociedad. Esta Junta Vecinal pretendía ser un ”instrumento descentralizador”, aproximando el Ayuntamiento a La Poveda y viceversa, en beneficio de toda la población.
En la actualidad, la cohesión del barrio es aún más fuerte. Gracias a la creación de la Asociación Vecinal de La Poveda en 2017, son cada vez más frecuentes las actividades culturales, deportivas y lúdicas que establecen vínculos más estrechos entre los habitantes. La más reciente ha sido la celebración de un entrañable encuentro vecinal donde se puso en común los 120 años de historia de La Poveda. Allí se reunieron representantes del colectivo, vecinos que trabajaron en la Azucarera y en su línea de ferrocarril y antiguos concejales del barrio.
Encuentro vecinal con motivo del aniversario de La Poveda. (Foto: Laura del Campo).
De este modo, los asistentes tuvieron la oportunidad de participar y crear un relato común sobre sus orígenes, compartiendo anécdotas y situaciones que no todos conocían. Algunos contaron que fueron a vivir a La Poveda cuando eran niños porque sus padres trabajaban en la línea de ferrocarril de la Azucarera; otros, comentaron cómo se habían transformado las calles y las tiendas y comercios de la barriada con el paso del tiempo. Además, algunas vecinas recordaron cómo se vivían las fiestas en honor a la Virgen del Carmen, con música y cabezudos. Incluso hubo quienes afirmaron que La Poveda intentó independizarse de Arganda, que en el barrio existía la “cueva de la gitana” y que en la Azucarera se rodaron escenas de películas extranjeras.
En el encuentro también se pusieron en valor los vestigios del barrio, entre ellos la Caseta del Guarda de la Azucarera, que se encuentra en proceso de recuperación gracias al proyecto presentado por el colectivo de arquitectura Microurbanía.
La conmemoración del aniversario de La Poveda continuará durante todo este año a través de diferentes actividades organizadas por la Asociación Vecinal que servirán para que la historia del barrio continúe viva a través del relato de quienes la protagonizan.
Noticias relacionadas:
Una nueva oportunidad para la ‘casita del guarda’ de la Azucarera de Arganda
Yo viví en La Poveda, en la Finca de la Poveda… Las canteras, el colegio de «Don Brocha», la fuente de la plaza, el «Túnel», el tren de Arganda, la fábrica Azucarera, el tren que venía de Aranjuez y que se cruzaba a la altura de la casilla de entrada a la misma, las vías del tren que procedía de Torrejón, el río Jarama, el puente de hierro, el cerro del Piúl, el campo de futbol detrás de las casas de los trabajadores de la azucarera, la iglesia en la misma barriada, Visan, la Casa Postas… ese era el país de mi infancia… publicaré un libro próximamente. Vivo en Zaragoza, pero mi infancia sabe a palodul, la peseta para comprar caramelos en Cá la Madora, o más tarde el duro en Cá Fidel, los petardos, los tirachinas, las ferias con las escopetuillas trucadas, el baile del farolillo y la pólvora para las fiestas del Cármen…
Me gustaría mucho recibir información de su libro, mi bisabuelo fue maquinista del tren y mi abuelo trabajador de la azucarera, mi madre pasó allí su infancia ya que toda nuestra familia vivía en el Puente de Arganda.
Muchas gracias.
Hola soy de la Poveda de tods la vida..me gustaria recibir informacion sobre su libro
..un saludo
Hola yo soy de Arganda.He bailado el baile del farolillo y por cierto lo ganamos mi novio y yo, hoy mi marido. Soy hija de los dueños del bailé «Jardín Frontón» Nos gustaría tener a, ser posible tu libro. Un saludo.
Yo nací en La Poveda y sigo teniendo vinculación con el barrio. Es un barrio muy especial con la fábrica de azúcar como referencia. Mi abuelo tenía una finca desde el Ventorro.
Yo viví en la Poveda de niña, a los siete años nos fuimos a Madrid, pero todavía tengo una propiedad,heredada dé mis abuelos..