La calle Real de Arganda se llenó de gente para presenciar la segunda edición de la cucaña de San Roque tras la recuperación de la tradición. El premio no alcanzado por los participantes fue donado a la Asociación Contra el Cáncer de Arganda.
La cucaña ha sido el evento que más interés ha vuelto a suscitar en las fiestas de San Roque de Arganda. La noche de este viernes, cientos de personas abarrotaron la calle Real, en torno a la ermita del santo, para presenciar como decenas de participantes trataban de llegar a lo más alto.
La tradición de la cucaña fue recuperada por el Ayuntamiento durante las fiestas del año pasado y consiste en una competición para tratar de llegar a lo más alto de un tronco de madera de seis metros cubierto de grasa. Una tarea difícil que, de hecho, nadie ha logrado completar desde la vuelta de la tradición.
Sin embargo, un grupo de jóvenes sí logró hacerse con el segundo premio, emplazado en la mitad de la cucaña y que les valió un cheque de 200 euros y dos cajas de tercios de cerveza.
El primer premio, consistente en 500 euros y un jamón, volvió a resistirse. Sin embargo, la colaboración de todos los participantes estuvo a punto de hacer caer la bandera, quedándose a tan solo 50 centímetros de alcanzarla.
Finalmente, el jamón fue entregado a los participantes y, el dinero no conseguido no volvió a la organización, sino que fue donado a la Asociación Contra el Cáncer de Arganda.
Los asistentes aplaudieron, animaron y rieron con los intentos de los jóvenes. “Todavía les falta experiencia, hace años cuando se hacía, llegaban arriba casi siempre”, explicaba Carlos, espectador de la Cucaña. “El año que viene lo conseguirán, seguro”, aseguraba.
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