Este sábado, la Cueva-Bodega de la Casa del Rey de Arganda ha acogido la presentación de ‘La Catrina’, obra de Miguel Ángel López, que se presenta bajo el seudónimo de Amadeus Raven. El acto ha reunido a más de un centenar de vecinos, representantes de la cultura local, autoridades, miembros de la Asociación Española Contra el Cáncer y amigos y familiares del autor.

El concejal de Cultura, Alejandro Machado, abrió el evento destacando la elevada asistencia como “fruto del trabajo durante muchísimo tiempo en torno a la cultura, literatura y amor por tu pueblo”. Machado repasó la trayectoria de Miguel Ángel López, mencionando su formación, sus publicaciones previas como poemarios y la novela ‘El Poeta’, y sus múltiples premios en los certámenes literarios locales. Además, destacó que la esencia de la escritura del autor radica en «el enigma, la intriga, algo que se aplica tanto a su figura, como a sus obras”.

La presidenta de la junta de Arganda de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Esther Román, tras explicar la labor de la asociación y la importancia del trabajo de los voluntarios, agradeció la generosidad del autor al pensar en ellos para destinar los fondos recaudados durante la presentación. Este agradecimiento se extendió a todos los colaboradores, pues la recaudación solidaria incluía la venta de las ilustraciones de Luis Pineda y la fotografía de Inmaculada Espliguero. Desde la AECC quisieron obsequiar a López, regalándole un pequeño diploma y un bolígrafo como recuerdo y agradecimiento.

Ezequiel Teodoro, director de la editorial Avant, aprovechó su intervención y su conocimiento sobre la creación de la obra para hablar del perfeccionismo de López. “Tenemos muchos autores, hemos publicado en 10 años como a mil personas, como mil títulos, y os garantizo que no hay un autor tan puntilloso, hasta la última coma, si es cursiva o si es regular. Es increíble”, señaló.

Otra de las intervenciones ha sido la del artista taurino Luis Pineda, quien mandó un mensaje a Miguel Ángel López, destacando el valor del trabajo creativo en analógico. «Hoy en los tiempos que corren, que todo es digital, todo está en el móvil, todo está en el ordenador, tener una idea y trabajar en analógico es todo un lujo y una rebelión, una revolución contra lo digital, contra lo que reina ahora”. Además, relató la forma en la que el autor contactó con él para que participara en la presentación con alguna de sus obras destinadas a la recaudación para la AECC.

Inma Espliguero, diseñadora de la portada del libro y de la ilustración que se podía adquirir allí, también relató cómo contactó con ella para este encargo. “De vez en cuando me encarga proyectos a cual más diferente, tiene un puntito siempre distinto”. Respecto al proceso de diseño de la portada de ‘La Catrina’, mencionó que cambiaron de idea tres veces, señalando de nuevo una perfección e ideas claras de Miguel Ángel López.

Celia González, directora del Diario de Arganda y el periodista y divulgador literario Íñigo, ofrecieron sus impresiones sobre Miguel Ángel López y sobre la obra. Ambos recomendaron haber leído antes ‘El Poeta’. González describió a Miguel Ángel como “una mezcla de creatividad, de meticulosidad y de profundidad de pensamiento. A esto le añadimos la enorme erudición que tiene y salen cosas como la maravilla del libro que estamos presentando”, dijo. Además, describió el libro como una «trama que se disfruta mucho» en la que «subyacen temas muy profundos, como la salud mental».

Por su parte, Íñigo describió ‘La Catrina’ como un «librazo» y la excepción a la regla de que las segundas partes no son buenas, afirmando que “nadie es tan crudo en la descripción de las escenas oscuras, siniestras, como lo es él, pero a la vez te da esa dosis de esperanza y esa dosis de humanidad y preciosidad dentro de lo que es la muerte”.

Agradecimientos y reflexiones por parte de Miguel Ángel López ‘Amadeus Raven’

El último en hablar ha sido Miguel Ángel López, el autor de la obra, quien ha dedicado una gran parte de su discurso a expresar un profundo agradecimiento a amigos, familiares, colaboradores y a los allí presentes por su apoyo, destacando la importancia de la amistad y el acompañamiento en el camino, sobre todo en los momentos difíciles.

Durante su intervención habló sobre el proceso de creación de este libro.“‘La Catrina’ es la segunda parte de ‘El Poeta’. A pesar de que cuando escribí esa novela no me planteé esa situación, el ‘feeling’ que me transmitían los lectores me hizo replantearme la situación y, a raíz de un final, en teoría evidente, me di cuenta de que había posibilidad de tirar del hilo mágico de la imaginación para hacer una segunda parte”, afirmó.

El autor definió ambas novelas como «libros disfrazados de novela negra, pero que en realidad bajo esos ropajes criminales sangrientos se oculta el lado humanístico que late en cada personaje». Señaló que ese trasfondo reflexivo es aún más evidente en ‘La Catrina’, «una novela repleta de personajes extasiados y atormentados sobre los que brilla una luz oscura».

López abordó también la dificultad de expresar los sentimientos más profundos a través de la palabra, mencionando el concepto de «inefabilidad», esa incapacidad de plasmar con palabras ciertas emociones o experiencias. «Las palabras pueden suponer un freno a la creatividad, hay que aliarse con ellas, enfrentarlas, desafiarlas, retorcerlas o incluso engañarlas para que expresen lo que el escritor desea decir», señaló. Desde su punto de vista, «las novelas más memorables son aquellas donde el alma del autor consigue imponerse al corsé de las palabras».

López explicó que sus obras buscan también hacer una profunda reflexión sobre la deshumanización que atraviesa la sociedad actual. «Cada día nos asaltan noticias que nos repugnan como seres humanos y que nos aterran. Somos frágiles, muy frágiles, mucho más de lo que estamos dispuestos a reconocer. Nuestra capacidad intelectual se puede usar para el bien o para el mal, y cuando se utiliza para lo segundo y contra los propios hombres, viola lo más sagrado del ser humano, que a mi juicio es la dignidad”, señaló.

En esta línea, reivindicó la fuerza de la palabra frente a las armas de destrucción masiva. “Si algo he querido al escribir es que mis palabras sean bajo los truculentos ropajes que exhiben en algunas páginas, embajadoras del humanismo, delatoras de la depravación, pero también portadoras de la misericordia. Queridísimos y entrañables amigos, mi deseo es que mis palabras, bien sean albas palomas o negrísimos cuervos, os acompañen como lectores en el fascinante vuelo de la imaginación y de la inteligencia sobre el poderoso drama de la vida”, concluyó.

El acto terminó con un turno de preguntas, donde los presentes tuvieron la oportunidad de conocer más detalles de la obra. Posteriormente, pudieron acercarse para que Miguel Ángel López les firmara la obra.