El intento de robo cometido el pasado día 20 de noviembre por una joven de 18 años que trató de acceder al interior de una vivienda en el barrio argandeño de La Perlita se ha saldado con una multa de 120 euros, una sanción que los propietarios del piso consideran “indignante”.
Los hechos se remontan al 20 de noviembre en una vivienda del número 6 de la calle Presidente José María Aznar, cuando el conserje de la finca se percató de la presencia de dos chicas jóvenes que trataban de forzar la cerradura para acceder al interior con intención de robar, según pudo saber posteriormente Diario de Arganda de fuentes policiales.
Tras ser sorprendidas, las dos delincuentes trataron de huir a la carrera y se separaron en la calle, llegando el conserje a perseguir a una de ellas y a retenerla hasta la llegada de la Policía Local, que pudo detenerla. La otra joven huyó.
El juicio rápido contra N.J., de 18 años de edad, se celebró el pasado jueves 28 ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Arganda, por un presunto delito de robo con fuerza en las cosas, tal y como consta en la sentencia a la que ha tenido acceso Diario de Arganda.
La acusada, que no se presentó a la vista, fue finalmente condenada en base a un delito leve de daños solicitado por el Ministerio Fiscal, lo que le supone una multa dictaminada por la jueza de 20 días a razón de seis euros por día, es decir, únicamente 120 euros de sanción.
En conversaciones con este diario digital, la propietaria de la vivienda afectada ha mostrado su “indignación” por esta multa, dados además los daños ocasionados en la propiedad.
“Tenemos unas leyes, fiscales y jueces que protegen más al delincuente que a las afectadas”, denuncia, para añadir que en la vista rápida “hay defectos de forma espectaculares que no se pueden consentir”, motivo por el que han solicitado la repetición del juicio.
“No se presenta a la vista y encima le ponen menos multa de la sanción mínima (el Ministerio Fiscal pedía 30 euros de multa al día), es indignante, así se va a reinsertar seguro”, ironiza la afectada.
“Seguro que no vuelve a robar con esa pena tan ejemplarizante, y nosotros toda la mañana perdida para nada. Encima valoran las puertas -la suya y la de una vecina, que las jóvenes llegaron a apalancar- en 399 euros cuando cada una cuesta 2.000 euros, es penoso”, lamenta.
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