¿Te parece interesante? ¡Compártelo!
Ermita de Vilches (foto @Diario de Arganda)

Ermita de Vilches (foto @Diario de Arganda)

La primitiva ermita de Vilches guarda similitudes con la ermita de Valtierra. Ambas se remontan a la época mudéjar y ambas se encuentran en estado de abandono y ruinas, a pesar de la importancia arquitectónica e histórica que esconden sus paredes.

Ubicada a unos 2,5 kilómetros del centro urbano de Arganda del Rey, junto a la carretera de Campo Real, se trata de una pequeña iglesia de estilo mudéjar en origen que acogió actos litúrgicos para la población de Vilches, poblado que, al igual que ocurrió con Valtierra, fue abandonado a mediados del siglo XVI por sus moradores probablemente por la incidencia de la peste negra.

Estos se trasladaron a la zona del Castillo de Arganda y Vilches se vio abocado al abandono, y con él su ermita, que sin embargo se resiste al inexorable paso del tiempo manteniéndose en pie y conservando algunos de sus muros y la esencia característica de este tipo de construcciones.

La ermita de Vilches aparece recogida en las Relaciones de Felipe II. En el siglo XVI, el poblado se convirtió en mayorazgo de la familia Santoyo formando un territorio independiente de Arganda, y ya en el siglo XVIII fue adquirida por el Arzobispo de Toledo hasta la desamortización de Mendizábal, cuando fue comprada por Gonzalo José Vilches. Desde entonces, es propiedad particular.

Características

Tal y como recoge el Archivo Histórico de Arganda, el conjunto arquitectónico de Vilches está conformado por la ermita y la casa. Se cree que la primera, levantada con posterioridad a la vivienda, pudo tener como función, además del culto litúrgico, la de servir como panteón de la familia Santoyo. Esta creencia se basa en la disposición de su cabecera como espacio centralizado con planta circular concebido como una entidad propia, a la que se han anexionado la nave y dos sacristías. Esto responde al tipo de capilla funeraria imperante en la época.

Ermita de Vilches (foto @Diario de Arganda)

La actual edificación se levantó a comienzos del siglo XVII y sustituyó a la ermita original de estilo mudéjar. Los muros son de aparejo toledano con hileras de ladrillo con mampostería, mientras que en el interior están recubiertos por estucos decorados con motivos arquitectónicos de pilastras, cajeados y gallones en la cúpula.

La ermita está formada por una sola nave cubierta con bóveda rebajada y arcos torales, conservándose uno de estos arcos al final de la nave, y tiene cabecera de planta octogonal al exterior y circular en el interior cubierta con cúpula de media naranja sobre tambor circular.

A los pies de la ermita se encontraba el coro mientras que a ambos lados de la cabecera se proyectaban al exterior dos espacios cuadrados que servían de sacristía, ya que, hasta 1812, se celebraron oficios litúrgicos.

En la cabecera se abren las puertas que daban acceso a las dos sacristías y, a la misma altura, sobre el tambor, dos ventanas que confieren luz al espacio central. El altar estaba presidido por una imagen de la Virgen María, desaparecida como tantas otras imágenes durante la Guerra Civil.

La ermita dejó de utilizarse como tal en 1812, cuando el Arzobispado decidió clausurar el recinto por el estado ruinoso en el que se encontraba tras el paso de las tropas francesas por la villa.

Ermita de Vilches (foto @Diario de Arganda)

Ermita de Vilches (foto @Diario de Arganda)

Se trata de un edificio con protección específica de Bien de Interés Patrimonial (BIP) y Yacimiento arqueológico y paleontológico, incluido en el Catálogo Geográfico de Bienes Inmuebles del Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

La casa, por su parte, fue construida entre 1580 y 1600 por Sebastián de Santoyo, y contaba con una de las mayores bodegas de Arganda. La fachada principal, realizada en ladrillo y mampostería, responde al modelo de villa suburbana del renacimiento madrileño.

Cómo llegar

La ermita de Vilches, o lo que queda de ella, se encuentra situada en una extensa parcela rústica junto a la carretera de Campo Real. La zona no se encuentra señalizada ni habilitada para el estacionamiento de vehículos, y tampoco existe una ruta óptima a pie que permita el acceso a estos restos.

La mejor forma de visitarla es caminando desde el barrio de Los Villares. Aunque el estado ruinoso en que se encuentra no hace recomendable acceder a su interior, puede contemplarse la belleza de estos vestigios desde una distancia prudencial.

 

Otras Noticias

Ermita de Valtierra: el encanto y misterio del monumento más antiguo de Arganda

Torre de Telegrafía Óptica de Arganda: la singularidad de uno de los símbolos más desconocidos de la ciudad

¿Te parece interesante? ¡Compártelo!