La organización Ecologistas en Acción ha publicado un informe en el que advierte de los problemas asociados al exceso de proyectos de energías renovables, especialmente de fotovoltaica, en el sistema eléctrico peninsular, del que no es ajeno Arganda del Rey.
El estudio denuncia la falta de planificación y señala que la capacidad de la red para absorber la energía generada es limitada, lo que podría provocar un aumento de los conocidos como vertidos renovables, es decir, energía producida que no puede aprovecharse.
Según recoge el informe, titulado ‘Instalación de energías renovables en el sistema eléctrico peninsular’, el sistema tendría dificultades técnicas y políticas para superar un 90% de penetración de renovables sin disparar las pérdidas de energía.
Por ello, Ecologistas en Acción defiende que el objetivo de una generación 100% renovable es más viable en un contexto de contención de la demanda, autoconsumo y generación distribuida.
“Instalar demasiada potencia fotovoltaica genera problemas durante las horas centrales del día, cuando se produce un pico de generación que la red no puede absorber. Esto obliga a limitar la potencia para garantizar su estabilidad”, explica Rodrigo Irurzun, coordinador del informe.
A esta situación se suma que los proyectos ya operativos y los que cuentan con permisos superan con creces los objetivos marcados por el actual Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
En cifras, los proyectos eólicos en funcionamiento y los que tienen acceso concedido ya suponen un 3% más de potencia de la prevista en el PNIEC, mientras que en fotovoltaica la cifra asciende hasta un 56% más, llegando al 85% si se suman los permisos solicitados en estudio.
Esto se traduce en una rápida expansión que, aunque ha permitido reducir las emisiones de CO2 del sector eléctrico, no está exenta de impactos ambientales, sobre la biodiversidad, el paisaje y el medio rural, y está generando tensiones sociales en algunos territorios.
El informe señala que poner en marcha tanta potencia implica un uso masivo de materiales cada vez más escasos y la ocupación de miles de hectáreas de suelo, además de la instalación de nuevas líneas eléctricas y subestaciones, con los consiguientes impactos ambientales.
Ecologistas en Acción plantea cuatro escenarios posibles de implantación renovable, considerando la demanda eléctrica, el autoconsumo y las capacidades de almacenamiento. La mayoría de estas simulaciones arrojan una potencia fotovoltaica razonable de entre 70 y 72 GW, algo inferior a la estimada en el PNIEC. Solo en un escenario con 20% de autoconsumo se podría alcanzar una cobertura solar y eólica del 90%, reduciendo considerablemente los vertidos y limitando el impacto en el territorio.
Desde la organización defienden que buena parte de la nueva potencia fotovoltaica debería instalarse en zonas urbanas o ya alteradas, evitando así grandes macroproyectos en suelo rural o natural. Además, apuestan por una descarbonización completa en 2040 y una generación eléctrica 100% renovable en 2030, combinando de forma equilibrada la generación, el almacenamiento, las interconexiones y la cercanía al consumo.
Arganda del Rey acoge tres grandes proyectos fotovoltaicos
En los últimos años, Arganda del Rey se ha convertido en un punto clave para el desarrollo de grandes proyectos de energía solar.
Tres plantas fotovoltaicas —Mástil Solar, Morena Solar y Varadero Solar— están previstas en el término municipal, abarcando en conjunto más de 360 hectáreas y con una inversión que supera los 154 millones de euros.
Estas instalaciones forman parte de un macroproyecto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que también afecta a localidades vecinas como Campo Real, Loeches y Perales de Tajuña .
La planta Mástil Solar, por ejemplo, contará con aproximadamente 222.210 módulos fotovoltaicos distribuidos en una superficie de 193,93 hectáreas, dividida en ocho recintos. La energía generada será evacuada a través de una línea subterránea de 4,2 kilómetros hasta una subestación transformadora ubicada en Campo Real .
Sin embargo, este rápido desarrollo ha suscitado preocupación entre colectivos ecologistas y residentes locales. Organizaciones como Ecologistas en Acción han alertado sobre la concentración de proyectos en zonas rurales, afectando a suelos agrícolas de secano y generando un efecto sinérgico que podría tener consecuencias negativas para la biodiversidad y el paisaje .
Este contexto local refleja las preocupaciones planteadas por Ecologistas en Acción en su informe sobre la planificación de proyectos renovables a nivel nacional. La organización ecologista advierte sobre la falta de planificación y la ineficiencia de instalar demasiada potencia fotovoltaica sin considerar la capacidad del sistema eléctrico para absorberla, lo que podría llevar a un aumento de los vertidos de energía y a impactos ambientales significativos.
Varias plataformas denuncian el impacto en el sureste
Representantes de Morata en Común, la plataforma Avalancha Fotovoltaicas y la asociación Tajar, junto al diputado Toni Valero (SUMAR) y la portavoz de IU Madrid, Carolina Cordero, visitaron recientemente varias zonas afectadas para denunciar la amenaza de estos desarrollos sobre el medioambiente, la agricultura, el patrimonio y la soberanía energética.
Estos colectivos critican la fragmentación de proyectos para evitar evaluaciones acumulativas, las expropiaciones forzosas y el modelo especulativo que, denuncian, prioriza los intereses de fondos de inversión sobre el beneficio local.
Así, reclaman en este sentido una moratoria y una transición energética planificada, participativa y justa para los municipios.
Actualmente, más de 10.000 hectáreas en el sureste de Madrid se encuentran amenazadas por el desarrollo de macroproyectos fotovoltaicos que, según denuncian, avanzan sin una adecuada planificación territorial ni participación ciudadana.
Municipios como Arganda, Morata de Tajuña, Yepes, Aranjuez o Torres de la Alameda se ven especialmente afectados por estas iniciativas, que ponen en riesgo zonas de alto valor medioambiental, agrícola y patrimonial, como el Cerro Pingarrón en Morata, escenario clave de la Batalla del Jarama y declarado Bien de Interés Patrimonial, tal y como denuncian estas asociaciones.
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