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Fernando Antón, jefe supervisor del parque de Bomberos de Arganda (@Diario de Arganda)

Fernando Antón, jefe supervisor del parque de Bomberos de Arganda (@Diario de Arganda)

Con cerca de 40 años de bagaje a sus espaldas, Fernando Antón es una voz más que autorizada para representar y abanderar la labor ingente y vocacional que desarrolla el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid.

El Cuerpo realizó en la región más de 15.000 intervenciones a lo largo de 2020, de las cuales cerca de 1.600 se gestionaron desde el parque de Arganda que dirige como jefe supervisor desde el año 2013, y que presta servicio a 25 municipios de la zona.

En esta entrevista exclusiva concedida a Diario de Arganda, Fernando Antón hace un recorrido por su vida profesional y analiza cuestiones como los futuros parques proyectados en la comarca, el paso de la borrasca Filomena, la llegada de la Covid al día a día de los profesionales o sus intervenciones más curiosas o emotivas.

¿Cómo decidiste hacerte bombero y cómo ha sido tu trayectoria profesional?

Comencé a tener contacto con la profesión hace casi 40 años. Tenía conocidos, amigos y familiares que me hablaban de sus experiencias y cada vez se me hacía más atractivo. Llega un momento en el que tienes que buscar tu camino y me vi bastante influenciado por estas personas. Hice la solicitud para realizar las pruebas, aprobé en 1985, hace de aquello 36 años. Empecé a trabajar en el parque de Alcobendas, en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid. Allí estuve unos 8 años, y ascendí a jefe de dotación. Luego ascendí a sargento o jefe de equipo y actualmente soy jefe supervisor del parque de Arganda, donde llevo desde 2013. En enero hice 8 años, y la verdad es que encantado, es un parque muy interesante por su volumen de actividad.

¿Qué necesidades detectas en este parque en cuanto a personal, vehículos o instalaciones?

El parque de Arganda se construyó hace unos 22 años, no es un parque especialmente antiguo y va remodelándose poco a poco. En algunos aspectos igual debería ser una remodelación más intensa, y en otros está al día perfectamente. No es un problema. En cuanto a la dotación de vehículos, es puntera. Tiene los vehículos que requiere el servicio, y va actualizándose al igual que el resto, al mismo ritmo. Es un parque grande, de tipo A, que son los que atienden a más población y más territorio. Cuenta con 72 personas en plantilla y se va actualizando dependiendo de las convocatorias. No nos diferenciamos del resto de parques del tipo A.

La Comunidad de Madrid ha proyectado dos parques nuevos en Villarejo y Loeches, y el Ayuntamiento de Rivas reclama una instalación en su término municipal ¿Crees que son necesarios para aliviar la carga del parque de Arganda?

Los nuevos parques entran dentro de un proyecto de nuevas construcciones con el objetivo de acercar los parques a los ciudadanos. Es complicado dar una respuesta a si son o no necesarios, porque el criterio de cercanía o de rapidez de respuesta en estos casos es el que prima. En un 90% se hace útil y positivo. Hay dos cuestiones que influyen en cuanto a infraestructuras: la población y el territorio. Con el criterio de dar una respuesta lo más rápida posible al ciudadano, la única manera es acercar una instalación a donde están los ciudadanos. El parque de Villarejo es importantísimo porque la distancia desde aquí con el limite a la provincia es muy grande. El de Loeches también lo es, porque la población de la zona hace importante dar una respuesta rápida. Y Rivas tiene mucha población. En este último caso puede ser interesante, aunque no está en el proyecto.

Fernando Antón, jefe supervisor del parque de Bomberos de Arganda (@Diario de Arganda)

¿Cuál es el protocolo de actuación cuando recibís un aviso de emergencia?

Tenemos dos maneras de recibir avisos, por teléfono o por radio. El 95% de los avisos entran por radio. La central de comunicaciones de Bomberos se pone en contacto con el parque, le indica en qué consiste el servicio, qué requerimiento tiene y dónde se localiza. El parque recibe ese aviso, y una persona encargada 24 horas de la recepción de esas intervenciones lo comunica por megafonía a los integrantes del parque. Automáticamente, se equipan, se suben a los camiones y se dirigen al siniestro. Por teléfono, la única diferencia es que hay que comunicarlo a la central de comunicaciones. Cuando un ciudadano llama al parque, en esa llamada se toman los datos y la intervención se comunica a la central antes de pasar a la acción.

¿Cuál es la media de tiempo que suele tardar el Cuerpo de Bomberos en atender una emergencia localizada en Arganda?

La media de lo que tardamos en responde a un servicio en Arganda está entre tres y siete minutos, dependiendo de dónde se ubique. Si es en La Poveda o en la zona industrial, no tardamos más de tres minutos. En el casco urbano la media es de cinco minutos, y nos podemos ir a por encima de siete en los nuevos barrios. Ahí la distancia condiciona mucho.

¿Cómo habéis vivido en el parque la incidencia de la borrasca Filomena? ¿Recuerdas alguna situación parecida a lo largo de tu carrera?

Ha sido algo extraordinario. En la semana en la que se producen las incidencias por la nieve y por el frio intenso, desde el 8 al 15 de enero aproximadamente, la respuesta fue total, todo el personal se brindó, estuvo dispuesto, hubo una predisposición total a participar porque todo el mundo entendió que era una situación que requería echar una mano a los demás. Las actuaciones y los servicios fueron continuados durante toda la semana, día y noche. Hubo mas servicios en esa semana que en ocho meses normales. Se atendió con todos los recursos que teníamos, trabajaron mucho las escaleras automáticas, se utilizaron mucho los vehículos de asistencia de apoyo con motosierras, todo lo que teníamos disponible y todo el personal. Se dio una respuesta potente. Comparado con otras situaciones a lo largo de la experiencia, no encuentro algo parecido, pero por desgracia cada vez tenemos más fenómenos extraordinarios. Hace dos años tuvimos una granizada enorme en Arganda que, durante tres días, requirió de una dedicación enorme por parte de todos los servicios. Filomena ha sido algo extraordinario y la respuesta ha sido total, a la altura de lo que se esperaba. Y lo bueno entre comillas es que la respuesta se pudo dar desde el primer momento.

¿Cómo ha cambiado vuestro día a día con la pandemia de Covid?

Nos ha cambiado los principios de seguridad, porque ahora mismo tenemos que prestar atención a lo que es la posibilidad de contagio, entre nosotros y fuera de nuestro entorno laboral, pero también durante el desempeño de nuestro trabajo. Seguimos las reglas de salud: distancia, protección y limpieza son los tres elementos que se han incorporado a lo cotidiano por su repetición continua. Siempre hemos utilizado la protección, pero ahora es más activa.

¿Qué intervención recuerdas como la más difícil que has realizado?

Es difícil. Son muchas las que, por la complejidad y lo especial de la intervención, me han podido marcar. La que tengo como un recuerdo más presente es una de las primeras, porque al iniciarte en este trabajo y tener pocas experiencias, te impactan más. Tengo un recuerdo de un accidente de tráfico con una mujer joven de unos 20 años, cuyo vehículo había quedado atrapado debajo de un camión. Fue complicado sacarla, estaba inconsciente pero aún con signos de vida, y fue un trabajo difícil, complejo y contra reloj, de mucha tensión. Al final trabajas con un ser humano y tu motivación es sacarla del lugar lo antes posible para que sea atendida, y no es fácil. Recuerdo alguna otra intervención por su complejidad, algún incendio de industria por todo lo que lleva aparejado, por el operativo y la dificultad, como el de Requimsa. Con el paso del tiempo lo relativizas todo, porque las intervenciones se convierten en repetición de otras que ya has realizado, y haces callo. Ahora es un trabajo más técnico. En la labor de un bombero hay que buscar un equilibrio entre la velocidad, con el objetivo de salvar una vida, y la velocidad en el empleo de técnicas y herramientas. A veces puede parecer que emplear mucha rapidez sirve para salvar la vida de la persona, pero hay veces que manejar una herramienta lleva sus tiempos, y eso hace que la situación de estrés aumente exponencialmente. Con la experiencia consigues minimizar la cuestión emocional para priorizar en el empleo de la técnica y la herramienta, con lo que consigues ganar tiempo, ganas destreza y disminuyen los tiempos, y así ayudas a que la persona pueda salir con más rapidez. Al principio ocurre que toda tu energía y tu afán es liberar a la persona para sacarla y que pueda ser atendida, y eso es lo que más te motiva, y a veces descuidas el hecho de que al emplear la técnica se te va tiempo. Cuando eso lo tienes entrenado y trabajado, tanto mental como físicamente, la utilización de esta técnica hace que liberes con más rapidez a la persona. La experiencia te hace ganar eficiencia.

Fernando Antón, jefe supervisor del parque de Bomberos de Arganda (@Diario de Arganda)

¿Y una intervención curiosa o anecdótica que recuerdes?

Tengo un recuerdo de hace tiempo, de un rescate de pavos reales. Por alguna razón, algún vecino del municipio los tenía en su finca y se escaparon, acabando en el tejado de un edificio de dos o tres alturas. Los vecinos nos llamaron, y había que recogerlos. Fue gracioso porque se juntaba la actividad nuestra de tránsito por el tejado con el ruido característico del pavo real y con la dificultad de acercarnos porque iban saltando de un lado a otro.

Trabajáis con una gran población y en un territorio con muchas zonas verdes. ¿Es el verano la zona más peligrosa para vosotros?

Más peligroso no lo llamaría, pero sí es la época con más intensidad en cuanto a trabajo. El parque de Arganda atiende una extensión hasta la provincia de Cuenca, con 25 municipios y también con muchas hectáreas de terreno agrícola y vegetación forestal. Los incendios son muy comunes. La actividad en temporada alta, que va del 15 de junio al 30 de septiembre, se eleva mucho. Tenemos mucha superficie, hace mucho calor, cada vez hay mas población, y la población, por negligencia o no, provoca algún tipo de incendio que pone en peligro las zonas habitadas. Eso nos lleva a tener una actividad constante.

A parte de las labores conocidas por todos ¿qué otras funciones realizan los bomberos de la Comunidad de Madrid?

Tenemos programas de divulgación y capacitación. A parte de las intervenciones propias que tenemos como actividades inherentes al Cuerpo, tenemos la función de divulgación en colegios, institutos, centros de mayores, o en cualquier lugar a requerimiento. En los colegios está institucionalizado, los niños vienen al parque y se les enseña. A centros de mayores hemos acudido por requerimiento y por campañas de prevención o divulgación, con muy buenos resultados. Es gratificante para todos, también para los bomberos. Y luego hay actividades de capacitación, que tienen que ver con el conocimiento del entorno. Son actividades encaminadas a conocer el entorno, los riesgos propios y cómo está configurado. Todos podemos ver el pinar de El Carrascal, pero es interesante saber cómo está configurado. Ya lo hicimos hace unos años y este año también queremos hacerlo, son unos recorridos para una familiarización más directa. En otoño hicimos familiarización en el Parque Regional del Sureste, e hicimos una actividad para el Ayuntamiento de Arganda de gran interés, con Policía Local, encaminada al reconocimiento de los accesos a los viales del casco urbano.

¿Qué consejos básicos crees que hay que potenciar en la ciudadanía para prevenir accidentes?

En cuanto a la prevención, la Dirección General está haciendo campañas informativas puntuales que extiende en el tiempo dependiendo de las épocas sobre la utilización de detectores de humos en los domicilios. También hay campañas de prevención sobre la utilización de electrodomésticos, calderas, etc.. pero la recomendación que tiene que ser conocida por los ciudadanos es que, ante un incidente que pueda ser peligroso, deben avisar al 112. Dar los datos exactos de qué se está produciendo y dónde, y alertar. Es muy importante transmitir que es algo rápido, es seguro y es eficaz avisar al 112, porque el tiempo que parece que se dedica, facilita luego mucho la rapidez de la intervención. El tiempo generalmente va en contra, cuanto más se tarde en avisar, más tardará en llegar la respuesta y más dificultará la solución.

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