Agentes de la Guardia Civil detuvieron en la tarde de este martes a un hombre de 25 años por “desobediencia y amenazas” a los vecinos que se concentraban por la ocupación ilegal de un local en la calle Mar Cantábrico de Arganda, según han confirmado a Diario de Arganda fuentes del Instituto Armado.
El hombre, junto a su mujer de 21 años y un bebé de un mes de edad, ocupó la pasada semana un local ubicado en los bajos de un edificio de viviendas en esta calle de la localidad, lo que provocó que los vecinos organizasen caceloradas en señal de protesta para tratar de forzarles a abandonar el inmueble.
Este martes, los residentes volvieron a organizar una protesta, que finalizó con altercados y con el hombre detenido y trasladado a dependencias de la Guardia Civil después de encararse con un vecino al que habría amenazado con un palo.
En defensa de su mujer y su bebé
Diario de Arganda ha podido hablar con Enrique, el padre de familia que ocupó este local y que, según ha explicado a este medio, ya ha abandonado ante las presiones y «amenazas» recibidas.
Según cuenta, en las protestas apareció “un hombre insultado y amenazando, muy alterado” llegando a poner en peligro la integridad de su mujer y de su hijo. “Mi pareja estaba con el bebé en brazos y vi que lanzaba golpes. Ante la pasividad de los agentes, tuve que reaccionar sacando un palo y lanzarme hacia él. A parte de lanzarle golpes y amenazas a una mujer con un bebé en brazos también lanzó un palo, pero él no fue detenido”, ha narrado.
Enrique explica que “vivimos en un país en el que, si por desgracia te ves en una situación como la mía, no tienes derecho a nada ni eres humano”, y lamenta la reacción de los vecinos, con los que, según ha subrayado, se ha ofrecido a colaborar en varias ocasiones para facilitar la convivencia.
“Entiendo que la ocupación es algo ilegal, pero hay que conocer la situación de cada persona y saber por qué nos encontramos en esta situación. Me ofrecí a pagar luz, a pagar comunidad, y no entiendo qué daño puedo hacerles”, recalca.
Asimismo, puntualiza que no tiene nada que ver con las ocupaciones de viviendas que se registraron recientemente en la calle San Sebastián de Arganda. “No tengo antecedentes, y nunca antes he ocupado una vivienda”, aclara.
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Todo mentira, este diario podría haber también preguntado a los vecinos. La persona con la que estuvo discutiendo la mujer okupa era otra mujer vecina del bloque y fue a esta a la que este okupa civilizado intentó agredir con un palo, después de que la buena okupa le enseñara amablemente el culo y la regalará esputos. Por favor VERACIDAD en la información y dejen de dar voz a las mafias que intimidan a los niños de la urbanización y acosan a los vecinos. Ayer pasó en la calle San Sebastián, hoy aquí mañana volverá a suceder en otra zona de Arganda.