Arganda del Rey, situada a apenas 25 minutos del centro de Madrid, cuenta en su haber con un gran legado histórico, monumental, artístico y gastronómico que a menudo pasa desapercido para los visitantes que, de un modo u otro, se acercan a la localidad.
Si vas a visitar Arganda próximamente, o si quieres descubrir algunos de los secretos que esconden sus calles y su término municipal, aquí te dejamos una pequeña guía con cinco paradas imprescindibles para disfrutar de todo lo que tiene que ofrecerte esta acogedora ciudad del sureste de Madrid.
La Casa del Rey, el emblema de Arganda
Si hay un lugar característico y representativo de Arganda, este es la Casa de Rey. Pese a que su arquitectura a día de hoy no es especialmente espectacular, este edificio de finales del siglo XVI se erige como principal reclamo y es orgullo de la ciudad.
La casa ha pasado por muchas manos en sus más de 430 años de vida y ha sufrido incontables reformas, de manera que es difícil imaginar cómo lucía en sus momentos de mayor esplendor.
El origen de este inmueble se remonta al año 1591, cuando el embajador imperial en la Corte de Felipe II, Hans Khevenhüller, encargó al arquitecto italiano Patricio Cajés la construcción de una casa de recreo en la villa de Arganda.
Hoy una pequeña parte de este edificio, la planta inferior, se destina a sala de exposiciones, aunque no es dificil imaginar lo relevante que fue en su época.
Ubicación: Avenida del Ejército, número 7
La Torre de Telegrafía Óptica, uno de los símbolos “escondidos” de Arganda
A mediados del siglo XIX, Arganda del Rey contaba en su término municipal con una de las instalaciones de telegrafía óptica más relevantes del país, fruto de un proyecto para expandir este tipo de comunicaciones por el territorio nacional que se desarrolló durante el reinado de Isabel II y que apenas duró unos cuantos años.
La torre de Arganda, hoy en día, se erige como la mejor conservada de todas, y además es la única de estas características íntegramente restaurada por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.
Ubicada en la cota más alta del municipio, a 763 metros de altitud, se sitúa entre la antigua carretera de Valencia y la carretera de Valdilecha, en una zona conocidamente precisamente como ‘El Telégrafo’.
Un vestigio que aun se conserva en una parcela de titularidad municipal y que es historia viva de la relevancia que tuvo la localidad por su estratégica situación siglos atrás.
Ubicación: Entre la antigua carretera de Valencia y la carretera de Valdilecha
El tren de Arganda, la joya ferroviaria de la ciudad
El famoso tren de Arganda es otro de los grandes atractivos turísticos de la localidad. Este antiguo convoy, que inició sus trayectos en 1886, recupera cada primavera y otoño su esplendor con un breve recorrido de 4 kilómetros entre la antigua estación de La Poveda y el apeadero de El Campillo, donde los coches de madera como el AC201 fabricado en 1916, están conducidos por la locomotora ‘Arganda’.
La máquina fue fabricada en 1925 por la factoría de Henschel e hijos en Kassel, y restaurada por el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM).
La locomotora dejó de recorrer las vías en 1967, en las obras de ampliación del puerto de Museo de Gijón, y terminó en una chatarrería asturiana, donde fue rescatada por el CIFVM en 1990 y restaurada a lo largo de tres años. Entre sus características destacan una potencia de 60 cv de vapor, con tres ejes acoplados, y su peso de 8,9 toneladas.
Además, el tren está formado por coches de madera, entre los que se encuentran: el AC-201 fabricado por Carde y Escoriaza en 1916; y los coches C-1 y C-2, reconstruidos por la Escuela Taller Román Aparicio de Arganda, a partir de antiguos chasis de vehículos ferroviarios.
El tren de Arganda admite viajeros durante estas dos estaciones del año, con recorridos teatralizados que hacen aún más inmersiva la experiencia y con la posibilidad de visitar el Museo del Ferrocarril situado en la misma estación de La Poveda.
Ubicación: Antigua estación de La Poveda
Las ermitas de Vilches y Valtierra, vestigios de los orígenes de Arganda
En los últimos meses, las ermitas de Vilches y Valtierra han recobrado protragonismo tras las gestiones del Ayuntamiento con sus propietarios para incorporarlos al catálogo municipal de bienes municipal.
Ambas se encuentran en mal estado de conservación, aunque se prevé su restauración para recuperar dos verdaderas joyas que esconden entre los restos de sus muros un gran pedazo de la historia de Arganda del Rey.
La ermita de Valtierra data del siglo XIII y es el monumento más antiguo que se conserva en pie en la localidad.
Fue erigida en la primera mitad del siglo XIII en la zona nordeste del municipio, a unos tres kilómetros de lo que hoy es el casco urbano de Arganda. En esta parte del término municipal se encontraba la aldea de Valtierra, que junto a la de Vilches fue abandonada por sus vecinos en el siglo XIV.
El motivo de este abandono, según consta en el archivo municipal del Ayuntamiento, fue una invasión de termitas y hormigas, aunque la peste negra que por aquel entonces asolaba la meseta central pudo desencadenar que los habitantes de estas dos aldeas dejaran atrás sus hogares para trasladarse a lo que ahora es Arganda del Rey.
No obstante, la ermita de Valtierra mantuvo su actividad y acogió cultos durante los siglos XVI y XVII, antes de ser definitivamente abandonada a su suerte.
Se trataba de un edificio religioso destinado al culto mariano, con un altar gobernado por la imagen de la Virgen de la Humanidad, una pequeña talla románica destruida en 1936.
De arquitectura mudéjar propia del foco toledano de la época, cuenta con planta rectangular y una sola nave. En el año 1814 la ermita se cerró al culto y se procedió a desmontar los techos de madera y el ábside semicircular, que ya no se conserva.
La ermita de Valtierra se localiza a unos 15 minutos en coche desde el centro de Arganda. La mejor forma de poder contemplar ‘in situ’ lo que queda de este monumento histórico es dando un largo paseo por las ruta de senderismo señalizadas o en bicicleta de montaña.
El acceso en vehículo es viable, aunque para poder llegar a los muros de esta ermita hay que atravesar zonas pedregosas y, además, el entorno del mismo no está habilitado para el estacionamiento.
Desde la carretera de Valdilecha y desde la avenida de Valencia parten sendos caminos sin señalizar que comunican con el camino de Valtierra, que enlaza directamente con estos vestigios.
Sin embargo, la forma más directa de llegar es tomando las rutas que parten desde la avenida de Alcalá, en la rotonda. Aunque el camino es propicio para transitarlo en coche, recomendamos hacerlo a pie o en bicicleta.
Por su parte, la ermita de Vilches también se remonta a la época Mudéjar. Ubicada a unos 2,5 kilómetros del centro urbano de Arganda del Rey, junto a la carretera de Campo Real, se trata de una pequeña iglesia de estilo mudéjar en origen que acogió actos litúrgicos para la población de Vilches, poblado que, al igual que ocurrió con Valtierra, fue abandonado a mediados del siglo XVI por sus moradores.
El conjunto arquitectónico de Vilches está conformado por la ermita y la casa. Se cree que la primera, levantada con posterioridad a la vivienda, pudo tener como función, además del culto litúrgico, la de servir como panteón de la familia Santoyo. Esta creencia se basa en la disposición de su cabecera como espacio centralizado con planta circular concebido como una entidad propia, a la que se han anexionado la nave y dos sacristías. Esto responde al tipo de capilla funeraria imperante en la época.
La actual edificación se levantó a comienzos del siglo XVII y sustituyó a la ermita original de estilo mudéjar
La ermita de Vilches, o lo que queda de ella, se encuentra situada en una extensa parcela rústica junto a la carretera de Campo Real. La zona no se encuentra señalizada ni habilitada para el estacionamiento de vehículos, y tampoco existe una ruta óptima a pie que permita el acceso a estos restos.
La mejor forma de visitarla es caminando desde el barrio de Los Villares. Aunque el estado ruinoso en que se encuentra no hace recomendable acceder a su interior, puede contemplarse la belleza de estos vestigios desde una distancia prudencial.
El Puente de Arganda, el símbolo que impactó al mismísimo Hemingway
El episodio de la defensa del Puente de Arganda durante la Guerra Civil fue uno de los momentos que más impactaron al escritor norteamericano Ernest Hemingway, y que inmortalizó en el documental ‘Tierra española’ y en el libro ‘Por quién doblan las campanas’, después de visitarlo acompañando a las tropas que formaban parte de las Brigadas Internacionales.
Este icono de la resistencia bélica es un puente metálico de vigas parabólicas de 162 metros de longitud construido sobre el río Jarama por el bilbaíno Manuel Victoria de Lecea en el año 1910.
Se trata de una estructura de hierro formada por tres tramos de vigas unidas en la parte superior por un entramado metálico, y a cada lado, un paso para peatones protegido con barandilla de hierro.
El primer proyecto fue redactado por el ingeniero Enrique Calleja en 1884 con el fin de sustituir al puente colgante existente hasta la fecha, y que había provocado un buen número de accidentes.
El Puente de Arganda se erigió en todo un símbolo de resistencia durante la Guerra Civil, siendo uno de los principales objetivos militares de las tropas nacionales.
En los primeros días de la Batalla del Jarama, entre los días 6 y 7 de febrero de 1937, es rechazado un intento de tomarlo, llegando incluso a los combates cuerpo a cuerpo, y con Ernest Hemingway como testigo de excepción.
La defensa del Puente de Arganda, convertido ya en símbolo de resistencia, iba a perdurar ya para siempre en la memoria del escritor norteamericano y en su obra.
Ubicación: Desde Arganda por la autovía A3 en sentido Madrid, salida 21A El Soto
Información extra
Estas son, a priori, las cinco principales joyas que puedes encontrar en Arganda del Rey, pero hay mucho más que visitar en esta localidad donde, según algunos historiadores, nació el celebre escritor Miguel de Cervantes Saavedra antes de trasladarse a Alcalá de Henares.
El legado del autor de ‘El Quijote’ se conmemora cada año con la Semana Cervantina, y su impronta ha quedado plasmada en el callejero de la ciudad, donde hay varias referencias al autor y a su familia, originaria de Arganda.
La Dehesa del Carrascal, el principal pulmón verde del municipio, es ideal para pasar un día en familia disfrutando de la naturaleza y de su riqueza medioambiental, con una extensa variedad de fauna y flora en pleno Parque Regional del Sureste. La Laguna de las Madres también es un enclave de obligada visita para los amantes del aire libre.
Además, otros de los lugares a visitar son la Cooperativa Vinícola de Arganda, donde poder conocer la elaboración de los famosos vinos de Arganda con DO Vinos de Madrid; La Casa Rosa o Casa del Reloj, la plaza de la Constitución, las antiguas bodegas de la calle Solanilla, la Vía Verde del Tajuña, el antiguo barrio judío…
Un sinfín de propuestas, a las que se une la oferta gastronómica de la ciudad, para conocer más en profundidad una localidad como Arganda del Rey que guarda secretos en sus calles, que se aferra a sus tradiciones centenarias y que esconde el encanto de un lugar que merece la pena visitar con tiempo.
El Centro Apsa para personas con discapacidad en Arganda cuyo edificio es del Ayuntamiento y le corresponde su mantenimiento está con muchas goteras debido a problemas en la cubierta.
Es URGENTE que lo solucionen antes de que suceda un problema más grave y se dañe a los alumnos, usuarios y profesionales…..
Las personas con discapacidad debería ser UNA PRIORIDAD PARA LOS RESPONSABLES DEL AYUNTAMIENTO.